




Los hormigones refractarios presentan las siguientes características:
1. Buena fluidez: Durante la construcción, los hormigones refractarios presentan una fluidez similar a la de un fluido, lo que les permite llenar moldes o obras de forma rápida y uniforme. Se pueden conformar fácilmente incluso en piezas con formas complejas, lo que facilita las operaciones de construcción y mejora considerablemente la eficiencia.
2. Alta refractariedad: Son capaces de soportar entornos de alta temperatura. Generalmente, la refractariedad puede alcanzar temperaturas superiores a 1580 °C - 1770 °C, e incluso superiores en algunos casos. Cumplen con los requisitos de uso de diversos hornos industriales de alta temperatura y otros equipos térmicos, manteniendo la estabilidad estructural a altas temperaturas y siendo menos propensos a reblandecerse y deformarse.
3. Buena resistencia al choque térmico: Poseen cierta capacidad para resistir cambios bruscos de temperatura sin sufrir daños. Cuando se producen cambios repentinos de temperatura durante el calentamiento o enfriamiento de hornos y otros equipos, los hormigones refractarios pueden amortiguar la tensión térmica gracias a sus propias características estructurales y compositivas, reduciendo la aparición de grietas y desconchados, prolongando así su vida útil.
4. Alta resistencia a la abrasión: Su estructura densa y dureza relativamente alta mantienen una buena resistencia a la abrasión incluso a altas temperaturas. En hornos donde se producen desgastes y fricción del material durante el proceso de producción, como hornos rotatorios de cemento y hornos de tostación de minerales, los hormigones refractarios pueden resistir la abrasión, reducir la pérdida de material y mantener el funcionamiento normal del equipo.
5. Buena resistencia a la corrosión: Presentan cierta resistencia a diversos medios corrosivos, como escorias de horno, metales fundidos y gases corrosivos. Ciertas sustancias en su composición forman una densa película protectora a altas temperaturas que impide la penetración de medios corrosivos y las reacciones químicas, lo que aumenta la vida útil de los hormigones refractarios en entornos hostiles.
6. Buena integridad: Tras la fundición y el conformado, forman un conjunto sin juntas o con muy pocas. Esto evita eficazmente problemas como fugas de calor y canalización de gases causadas por las juntas, mejorando el sellado y el aislamiento térmico del horno, reduciendo la pérdida de calor y mejorando la estabilidad estructural.
7. Gran capacidad de reparación: Durante el uso, si se producen daños locales, se pueden realizar reparaciones locales, en lugar de tener que reemplazar todo el conjunto, como ocurre con algunos materiales refractarios conformados. Esto reduce los costes de mantenimiento y el tiempo de inactividad del equipo, mejorando la eficiencia de la producción.